Es decir, es el punto en el que encuentras tu propósito y sentido de vida.
La razón profunda que te impulsará a levantarte cada mañana con entusiasmo y satisfacción.
Cuando conectas con tu IKIGAI, puedes experimentar una mayor felicidad, plenitud y realización personal porque unes pasión, talento y servicio a los demás para aportar valor al mundo.